En esta ocasión, me gustaría hablaros de los ictus.
Aprovechando que ayer día 29 de octubre de
2014, fue el día mundial en la lucha contra los ictus, os aporto unas pautas
sencillas para saber reconocer los síntomas y actuar con la máxima rapidez
posible.
El ictus es una enfermedad cerebro-vascular, es decir, provocada porque se interrumpe el paso de la sangre (el flujo sanguíneo), bien por un coágulo que se
forma dentro de una de las venas o arterias llamado trombo, o un coágulo que viaja por así decirlo, desde un
lugar del cuerpo y al que se le llama émbolo.
También puede irse produciendo un taponamiento de la arteria, a consecuencia de
placas de colesterol que se quedan adheridas a las paredes de los vasos
(aterosclerosis).
Existen muchos tipos de infartos cerebrales, bien por una hemorragia, por
algún hematoma derivado de un golpe fuerte en la cabeza…etc. Pero lo que quiero
dejar claro es que existen unos factores de riesgo que influyen en los ictus:
·
La HTA (Tensión arterial por encima de 140/90)
·
La Diabetes
·
La
hipercolesterolemia (colesterol
total alto)
·
Tabaco
·
Obesidad
·
Vida
sedentaria
·
Anticonceptivos
orales (está cada vez más
demostrado, que la terapia hormonal influye en el aumento del riesgo de padecer
un ictus).
·
Enfermedades
cardíacas.
Hecha ya la introducción al tema, os doy unas pautas sencillas para que si
presenciáis en alguien estos síntomas, sepáis que están relacionados con esta
enfermedad.
La persona puede presentar:
·
Pérdida de
sensibilidad en brazos o piernas.
·
Pérdida de
fuerza o debilidad en extremidades.
Estas dos
opciones afectan normalmente, a media parte del cuerpo, bien sea brazo y pierna
derecha, o brazo y pierna izquierda.
Si la parte
afectada es la izquierda, es que el ictus se ha producido en la parte del
cerebro (hemisferio) derecho, y si la parte afectada es la derecha, se ha
producido en el hemisferio izquierdo.
·
Le puedes notar
que se le enredan las palabras, torpeza al hablar.
·
Puede que sea
incapaz de hablar de repente, que no pueda responder.
·
Que intente
hablar, pero no sea capaz y balbucee alguna palabra.
·
Presenta
una desviación de la comisura labial: la boca se la ves torcida.
Junto con todo
ello pueden también tener náuseas, vómitos o sensación de giro de objetos,
incluso dolor de cabeza.
Son unas pautas sencillas, sin
tecnicismos médicos, que una vez habiéndolas leído, pueden ayudar a detección precoz.
Al fin y al cabo, en este
tipo de enfermedad como en la mayoría, la rápida intervención del equipo
sanitario supone una mejor recuperación, siempre teniendo en cuenta, la necesidad de una intensa rehabilitación y tratamiento de acuerdo a las necesidades del paciente.
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