jueves, 9 de octubre de 2014

EN TIEMPOS DE ÉBOLA.

La actualidad manda, y en estos momentos, en lo que al tema sanitario se refiere, estamos ante una gran alarma social provocada por una enfermedad: El Virus del Ébola.

    Este virus ha registrado numerosos brotes en África, pero no ha sido hasta este pasado 6 de octubre de 2014 cuando se confirmó el primer caso de contagio en España, concretamente en Madrid, y en una Auxiliar de Enfermería que estuvo en contacto con el primer infectado y victima mortal que fue trasladado desde África a Madrid, en agosto, al Hospital Carlos III.

Como sanitarios, nuestro deber es atender y proporcionarles a nuestros pacientes los cuidados y la atención necesaria, eso esta claro y sobra decirlo. 
Ahora sí, fuera de juzgar si la decisión de traer al sacerdote infectado fuera correcta o no, la realidad es, que se habló mucho y se sabía desde un principio, que este Hospital no estaba preparado para este tipo de Enfermedad, ¿pero existe algún Hospital en España preparado para el ébola? 
Aunque se va avanzando en lo que a materia de salud se refiere, lo que se ha podido ver es que no ha habido una previsión adecuada.

    La auxiliar de Enfermería estuvo en contacto con el infectado. Está claro, que algo falló en la cadena de protocolos, algo falló. 
Ese fallo no es sólo humano, sino de falta de información y de formación a profesionales sanitarios que somos los que tenemos que estar cara a cara con los pacientes y debemos de tener el conocimiento completo de la utilización de los sistemas de protección.

    Ahora ya el daño esta hecho, no hacemos nada con seguir preguntándonos de quién es la culpa, hay que buscar soluciones, y en mi opinión la primera opción y la más prioritaria es la cuarentena, (aislamiento), que también ha brillado hasta ahora por su ausencia, ya que la auxiliar no sólo no estuvo aislada o desconozco que se la dijese que tuviera que estarlo, ya que incluso se ha comentado que estuvo de vacaciones con las consiguientes consecuencias que ha podido conllevar: la propagación de la enfermedad.

    El ébola se transmite por contacto con órganos, secreciones u otros líquidos corporales infectados, es decir, que no se contagia por el aire, como por ejemplo el virus de la Gripe. Si bien, recordamos no hace mucho, la alarma con el virus de la Gripe A. Por lo tanto, es necesario tocar directamente heces, orina, sudor, fluidos sexuales o sangre y la saliva para estar expuesto al contagio.

Absolutamente todas las personas que estuvieron en contacto con el infectado tendrían que haber estado en aislamiento por el simple hecho de haber tratado un paciente con ébola. Y cuando hablo de aislamiento, quiero decir, también que estén controlándose la fiebre y sin contacto con sus familiares o amigos (y por supuesto no ir a trabajar ) por lo menos durante los 21 días en los que pueden desarrollarse los síntomas.

Ahora la auxiliar está aislada pero es normal que sigamos atentos a la evolución tanto de ella como de los posibles nuevos casos, eso es inevitable.
Los fallos están ahí, y como todo lo relacionado con la salud es algo de vital importancia, y las noticias que estamos escuchando estos días  nunca quisiéramos haberlas oído, pero ahora lo que toca es prevenir el contagio.

El ébola no tiene tratamiento, ni cura pero se puede sobrevivir, por lo tanto hay que prevenir el contagio.
A la hora de tratar a un enfermo con ébola hay que protegerse:
  • Mascarilla.
  • Bata desechable de manga larga que cubra la ropa o uniforme.
  • Calzas.
  • Protector ocular o gafas especiales por si salta algún fluido corporal a mucosas.
  • Gorro.



A partir de estos materiales, el centro y el protocolo que se ponga en practica hará el resto, pero sigo reseñando la importancia de los cursos a los profesionales de la salud para aprender a quitarse todos estos materiales anteriormente citados.

 Es importante que los sanitarios expuestos a los pacientes contagiados tengan un control exhaustivo de su estado de salud y al mínimo síntoma de malestar o fiebre acudir al médico y activarse el protocolo de ébola, ya que tiempo para desactivarlo siempre hay.

Y como no, los responsables de los centros tendrán que repasar los protocolos para que no vuelva a ocurrir algo así, porque la cadena ha fallado y no nos podemos permitir otro salto en esa cadena, y más cuando nosotros los sanitarios sabemos la enorme responsabilidad que poseemos en nuestro trabajo. 

Todos somos humanos y cometemos errores, a un camarero, por ejemplo, se le puede caer un plato y se puede reemplazar, pero una persona es irreemplazable.


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